Fue este domingo, organizada por la Dirección de Pueblos Originarios, la Agrupación Cultural Cañadón del Arte y la comunidad Califu Nao.
Organizada por la Dirección de Pueblos Originarios de la Municipalidad de Trelew, en conjunto con la Agrupación Cultural Cañadón del Arte y la comunidad Califu Nao, se llevó adelante este domingo, una Jornada Intercultural. El evento se realizó con el objetivo de fomentar el fortalecimiento de la cultura del pueblo originario y se trató de una experiencia enriquecedora para toda la familia.
La actividad incluyó un Taller de Tintes Naturales en Lana de Oveja, a cargo de Alda Torres, apuntando a preservar y promover las técnicas tradicionales. También hubo música, juegos tradicionales y comida comunitaria, marcando el inició de la temporada en el denominado Cañadón del Arte.
El director de Pueblos Originarios, Marcos Calfunao, destacó que «se trató de una primera actividad de este año en el Cañadón del Arte, que apuntó a fortalecer nuestra cultura originaria, a través de transmitir a los más jóvenes parte de los saberes ancestrales, en este espacio en particular que sirve para las reuniones comunitarias y para la promoción de muchas actividades culturales».
Calfunao aseguró que «es muy importante que se conozca y se traspase el conocimiento sobre el teñido de lana de oveja con tintes naturales», con la utilización de plantas de la zona, la meseta y la cordillera ya que, entre otras cosas, se obtienen colores únicos que no se consiguen mediante los procesos industriales actuales, y que sirven para la elaboración de diferentes objetos que se pueden mostrar en diferentes ferias y eventos.
Alda Torres, explicó que el taller de teñido de lana con tintes naturales, incluyó también el proceso previo de «preparación e hilado de la lana con la utilización del huso»; y contó que el color para el teñido se obtiene de diferentes plantas autóctonas de la zona o de otras partes de la Provincia: «nuestra historia como pueblo incluyó el ir y venir de nuestros abuelos, que recolectaban plantas de los lugares por donde pasaban. De la misma manera, ahora utilizamos plantas como «el radal y el calafate que vienen de la meseta, la jarilla que se consigue en nuestra zona, el pañil que se consigue tanto acá como en la cordillera; y otros productos como la cáscara de la cebolla o la remolacha».
Torres contó que aprendió el proceso de hilado y tejido de su mamá, Irma Huentecoy, de la comunidad Epulef y valoró la importancia de transmitir este conocimiento a otras personas, especialmente las nuevas generaciones: «Sólo una persona de las que participaron del taller tenían conocimiento previo de este proceso. La idea fue enseñarles lo básico que tiene que ver con la preparación e hilado de la lana. Queremos transmitir el valor de la naturaleza que era lo que antiguamente se hacía, porque ahí está todo lo que necesitamos».