“Personaje impresentable, nefasto y representante del maligno en la Tierra”. Los ataques y descalificaciones del dirigente libertario Javier Milei hacia la figura de Francisco, que se remontan a los tiempos en que aún no era candidato presidencial, motivaron un “hartazgo” de los curas villeros de la Capital y del Gran Buenos Aires y, con el aval del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, decidieron celebrar una misa de desagravio el próximo martes, a las 11, en la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en las puertas de la Villa 21, de Barracas.
“No solo durante la campaña. Ya en 2017 y en 2018 profirió insultos, mentiras y ofensas contra Francisco, a quien definía como un jesuita que promueve el comunismo”, describió uno de los curas que participará de la misa, a la que presenta como una iniciativa pastoral, destinada a reivindicar el mensaje del pontífice, especialmente a los vecinos de los barrios populares. En la Iglesia consideran que las expresiones de Milei contribuyen a generar un clima adverso a la figura del pontífice, que muchas veces tiene repercusión mediática.
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La celebración, que seguramente no podrá evitar el impacto político, será encabezada por el obispo Gustavo Carrara, vicario general de la arquidiócesis y responsable de la Pastoral de las Villas. Es el colaborador más inmediato del arzobispo García Cuerva, quien comparte el espíritu de la iniciativa, confiaron a LA NACION fuentes eclesiásticas.
La misa se hará en medio de la campaña electoral, tras el triunfo de Milei en las PASO, pero los curas villeros insisten en el carácter pastoral de la convocatoria. No esperan la presencia de dirigentes políticos, aunque recibieron la adhesión de organizaciones sindicales.
“Un político puede decir, con todo respeto, que no coincide con cosas que dice el Papa, pero proferir insultos de los más graves, indignos de quien se postula para una función tan importante como la Presidencia de la Nación es grave. Salvo que pensemos que la sociedad tiene que estar basada en los insultos”, explicó a la agencia Télam el padre José María Di Paola, referente de los curas de las villas y coordinador de los Hogares de Cristo, una iniciativa surgida de los curas villeros para acompañar el proceso de recuperación de los jóvenes jaqueados por las adicciones.
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La misa de desagravio anticipa un escenario de extrema tensión entre la Iglesia y una hipotética gestión presidencial del candidato de La Libertad Avanza. Como arzobispo primado, le tocaría esa misión a García Cuerva, que comparte la preocupación de los curas de las villas por los ataques a Francisco, en momentos en que había comenzado a hablarse de una posible visita de Francisco a la Argentina en 2024.
“Habría que informarle al imbécil ese que está en Roma, que defiende la justicia social, que sepa que es un robo y una aberración.”, declaró, irritado, Milei en una recordada entrevista por TV con la periodista Viviana Canosa, en noviembre de 2020.
Y prosiguió. “El Papa es el representante del maligno en la tierra, ocupando el trono de la casa de Dios. Impulsa el comunismo, con todos los desastres que causó. Los Estados son una invención del maligno. Promueve el pobrismo y un régimen de miseria”. Una posición que reiteró en otras intervenciones, ya como candidato a presidente.
Al margen del malestar por los insultos y agravios a la figura de Francisco, preocupa a la Iglesia –especialmente a los sacerdotes que trabajan en los barrios populares- el mensaje de Milei en favor de la reducción del tamaño del Estado a su mínima expresión. El propio arzobispo García Cuerva advirtió hace pocas semanas, en una misa celebrada en la Plaza Constitución, sobre “algunos mensajes que asustan” en la campaña electoral, tras el resultado de las PASO, y expresó su deseo de que “los derechos sociales sean cada vez más”.
Es, además, negador del cambio climático, promueve la venta de órganos, la libre comercialización de la droga y la libre portación de armas, lo que lo ubica en la vereda de enfrente de muchos principios que sostiene la Iglesia.
La misa de desagravio
“Decidimos hacer una misa en la parroquia de Caacupé, una villa a la cual Bergoglio visitaba cuando era cardenal. Siempre tuvo una cercanía especial con los vecinos”, declaró el párroco Lorenzo “Toto” de Vedia, anfitrión de la convocatoria. Además de la celebración de la misa, los curas villeros darán a conocer una declaración.
“Vimos con sorpresa que mucha gente en las villas votó a Milei. Una muestra de la fuerte confusión que hay en la sociedad y nos preocupa. Porque habla de achicar al Estado y de hacerlo desaparecer, con el cierre de ministerios y áreas que hoy prestan una ayuda importante a las familias necesitadas”, señalaron fuentes eclesiásticas.
Si bien la Iglesia mantiene diferencias con distintas propuestas políticas, no encuentran ofensas ni ánimos de agraviar al Papa en otras fuerzas, tanto del oficialismo como de la oposición.
“La gente de nuestros barrios se siente contenida por los mensajes de Francisco, que tiene un magisterio en favor de los pobres. Cuando habla del Estado, lo presenta como una estructura necesaria para dar ayuda a los más necesitados”, explicaron los organizadores de la misa. En una declaración difundida en el verano de 2018, los curas de las villas y barrios populares ya advertían que “la palabra de Francisco es interpeladora y molesta”.