Por ahora, los anzuelos de Caputo para el sector se reducen a la reforma laboral, la desburocratización y la baja de tasas. En contraposición, un alto funcionario del gobierno brasileño le anticipó a Ámbito los detalles del multimillonario plan que impulsan para el sector.
El secretario de Comercio Pablo Lavigne y su par de Trabajo, Julio Cordero, participaron esta semana del encuentro anual de la cadena de valor automotriz. Pese a la grave crisis de actividad que afecta al sector, no hubo anuncios rimbombantes. Los funcionarios dejaron tres promesas para los empresarios: reforma laboral, desburocratización y acceso al crédito. Mientras tanto, el presidente del Banco de Desarrollo de Brasil anticipó a Ámbito el multimillonario plan de Lula para la industria que jaquea a los fabricantes locales.
La crisis en el sector manufacturero se agrava. Hay sectores que acumulan tres y hasta cuatro meses con caídas de dos dígitos en la actividad. El panorama que asoma es complejo: el mercado interno se achica, el efecto de competitividad cambiaria por la devaluación se agotó y Brasil está haciendo desembolsos multimillonarios para fomentar su política industrial.
Con este panorama, los empresarios que tienen sus fábricas instaladas en el país transitan entre la preocupación del corto plazo y la expectativa de que el ordenamiento de la macroeconomía y las reformas estructurales produzcan un cambio en el mediano. Ese clima graficaron cuatro asistentes a Automechanika Buenos Aires 2024, el encuentro anual de la industria automotriz que se realizó en la Rural.
En representación del Gobierno estuvieron los secretarios de Comercio y Trabajo, Pablo Lavigne y Julio Cordero. Ambos tomaron la palabra frente a los empresarios, pero lo hicieron de forma muy escueta. No hubo una descripción detallada de la coyuntura, tampoco un análisis del rumbo estratégico del sector y menos que menos augurios de una recuperación en “v”. Pero dejaron tres promesas: reforma laboral, desburocratización y acceso al crédito.